Fecha:
Categoría:
Fecha:
2014
Categoría:
Rehabilitación
Ubicación:
Palma de Mallorca, Islas Baleares

Casal Balaguer

En el centro histórico de Palma, el Casal Balaguer es una gran casa aristocrática del siglo XIV, reformada en el XVI y ampliada en el XVIII. A finales del siglo pasado, el Ayuntamiento decide convertirla en un centro cultural, pasando de ser una casa de familia a un edificio público abierto a toda la ciudad. Para el nuevo programa era necesario acceder a zonas antes cerradas, activar estancias y diseñar una circulación acorde al nuevo uso público. Los nuevos recorridos habían de ser intuitivos, que permitieran pasearse con facilidad por esa geometría compleja provocada por la larga evolución del palacio. Para ello el proyecto une luz y circulación: la luz natural guía el recorrido, haciendo evidente el traspaso de una zona a otra por los cambios de iluminación. En la transformación se intenta que el palacio no pierda ese misterio y complejidad espacial que ha acompañado su crecimiento hasta hoy.

En el nuevo programa, la planta baja es la zona de acceso con la sala de exposiciones y el bar restaurante. La reforma estructural en esta planta recupera la situación original del patio, con la visión completa de los trece arcos que parecen sostener la casa suspendida. La planta noble se convierte en casa-museo y en la planta de cubiertas estará la nueva biblioteca, los talleres de grabado del Círculo de Bellas Artes y una sala de conferencias.

El proyecto actúa desde el interior, transformando el edificio con la decisión de volver a ocuparlo, de darle una nueva etapa, de alargar su vida haciéndolo más sostenible. Así, el edificio se actualiza partiendo del anterior, con una transformación que acoge las nuevas funciones. El esfuerzo está en hacer que el antiguo palacio exprese las máximas cualidades espaciales, materiales, históricas… porque la nueva función permite mucha libertad para dibujar un nuevo edificio dentro del anterior, investigando sobre las cualidades de la antigua construcción. Tomarlo como una construcción, sin las limitaciones propias del uso para el que estaba destinado, permite dejar de verlo como un edificio de dimensiones domésticas, y pasar a valorar sus cualidades espaciales y físicas como el inicio de la nueva ocupación. Descubrir la condición de inacabado del edificio existente hace pensar que las acciones sobre él no han terminado, que se trata de algo en evolución, imperfecto, resultado de la suma de etapas en la que ésta es sólo una más, no la última. Este diálogo parte de una confianza en lo encontrado, de una observación positiva que lo valora y respeta como signos de una anterior ocupación, dando al proyecto un sentido temporal donde al final no sea posible reconocer a qué tiempo pertenece.